Vivimos en las ruinas de Tumblr

Un partido político es una fandom con malas fanfics.

Vivimos en las ruinas de Tumblr

¡Feliz domingo!

Mi canción de la semana es “The pills won’t help you now” de Chemical Brothers:

"Tumblr se hundió con el feminismo línea Buzzfeed"

De cuando en cuando, percibo entre ustedes, mi audiencia, algún destello de nostalgia pro-Tumblr.

Comprendo y comparto esta nostalgia. Tumblr fue una plataforma formativa para mí. O, mejor dicho, Tumblr me acercó a libros, películas, y artistas que tendrían un impacto interesante en mi vida.

Pero más que como una suerte de motor de búsqueda, creo que se extraña a Tumblr por el rol que tuvo en la formación de "fandoms", comunidades de fanáticos de artistas, "YouTubers", series, libros, etcétera.

Puede resultar curioso que "se extrañe" a Tumblr, considerando que la platforma continúa existiendo, con una base de usuarios que ronda los 135 millones MAU (monthly active users). Por el momento, dejémoslo ahí.

En su peak (circa 2011-2018), Tumblr fue enmarcado como una suerte de cámara de ecos progresista cuya única agenda era la difusión del feminismo pop. Podríamos darle la razón a esta lectura, al menos parcialmente, y decir que Tumblr cumplió su ciclo porque su matriz ideológica caducó.

Pero discuto esta lectura.

Un 95% del contenido publicado en Tumblr era pornografía

Vale la pena aclarar que Tumblr gozaba de una diversidad ideológica obscena hasta el absurdo. Por ejemplo, recuerdo haber encontrado un blog dedicado a Helga Goebbels. Tumblr podría haberse adaptado perfectamente a los vaivenes de la ventana de Overton. De hecho, hace poco hice una breve excursión por la plataforma y encontré varios blogs de adolescentes transexuales tradcath.

Por otra parte, a finales de 2018 (el último gran año de la plataforma), Verizon, entonces propietario de Tumblr, anunció una nueva política de moderación de contenido que limitaría la circulación de material pornográfico. En los tres meses posteriores a ese anuncio, Tumblr perdió el 30% de su tráfico total. En el mediano plazo, esta contracción sólo se aseveró.

Este segundo detalle nos obliga a enfrentar lo obvio: Para una porción considerable de los usuarios, Tumblr no era una tribuna de doctrina, si no una fuente de pornografía.

Spoiler: Lo sigue siendo hoy, a pesar de sus propias políticas, con contenido mucho más degradado que en su peak. Sí, lo verifiqué.

En 2019, Tumblr fue adquirido por Automattic, compañía duseña del proyecto open-source conocido como WordPress. Vale la pena martillar que el 40% de los sitios que tienen un CMS usan WordPress. Es decir, Automattic tiene un poderío obsceno sobre internet - poderío que hoy está blanqueando, reafirmando legal y operativamente su control sobre WordPress la marca y WordPress el producto.

Como fuese - hace unos meses, Matt Wallenberg, CEO de Automattic cruzó a una usuaria de Tumblr, exponiendo información sobre su cuenta en un intento desesperado de ganar una discusión sin importancia. Ese incidente fue una isla pequeña en un mar de nada.

Más allá de la retirada de la pornografía y de la mala gestión, podríamos atribuir el fin de Tumblr a dos factores macros:

  1. Cambios en la relación de los usuarios con internet, del usuario creativo al usuario que usa internet como una suerte de TV de bolsillo que convulsiona programas cortísimos.
  2. Cambios de preferencias en cuanto velocidad, formatos y flujos de circulación de la información.

Podría ahondar en estos puntos, pero me niego.
Hoy no quiero analizar por qué Tumblr existe sin existir, si no en la evolución de las fandoms.

Crisol de razas

En Tumblr, la fandom era un marco de referencia para producir material propio (fanfictions, fan art, etc.). Esto no resultaba novedoso. Antes de Tumblr, las fandoms ya funcionaban así - pero se alojaban en foros monotemáticos. Tumblr permitió una polinización cruzada interesante, dando lugar a pastiches tales como SuperWhoLock (fandom de las series Supernatural, Doctor Who y Sherlock).

Salvo algunos YouTubers dedicados, tales como Sarah Z, poco se dice hoy sobre las fandoms "normales" que operaban en Tumblr. La conversación más intensa y rica sobre las fandoms de Tumblr gira entorno a las fandoms de "true crime". Es decir, la blogósfera dedicada a producir fanart de asesinos seriales.

Hibristofilia

En cierto sentido, quienes tenían un blog dedicado a Jeffrey Dahmer estaban adelantados a su época. Una década después, Ryan Murphy reclutaría a Evan Peters (adorado en Tumblr), para protagonizar el live action de una fanfiction sobre el asesino serial.

Me fascina la idea de que una plataforma denostada como aguantadero feminista, pero propulsada por adolescentes fanatizadas y pornógrafos, tenga como producto una especie de erotización fantástica del garantismo. Al parecer, Richard Ramírez no habría asesinado absurdamente a toda esa gente si hubiese tenido una buena revolcada con la chica que está leyendo esto.

En su sistematización de la hibristofilia, Tumblr sirvió como una suerte de Vaso de Petri de tendencias que florecerían a 10 años. La banalización de crímenes violentos y la erotización de quienes los cometieron, en su momento, eran enmarcados como síntomas despreciables de un fetiche inmoral - uno convivía con demostraciones en esta vena todo el tiempo, era un detalle desagradable del paisaje de la libertad de expresión. Hoy es mainstream. Y, aventuraría, el true crime es una de las pocas categorías de consumo indulgentemente controversiales que aún sobreviven en el mainstream. Es el shock rock de esta época.

Nicki Minaj es amiga mía

En Tumblr, el ritmo de la cultura estaba marcado por la creación y curación de contenido. La conversación era el material. Hoy en Twitter, la plataforma de elección de las fandoms, el material es discurso. El ritmo está marcado por la controversia.

Esto llevó a una nueva forma de relacionarse con el material predilecto o la persona admirada. Básicamente, se pasó de recortar, remixar y compartir contenidos, a analizar métricas comerciales, controversias, y detalles de la vida privada.

La polinización cruzada que, en el mejor de los casos, daba inicio a una nueva cruza entre fandoms, y en el peor, te exponía a los delirios de neonazis naif o a mujeres sin padres; hoy produce una especie de lucha boba por "quién sirve más", o "quién está en su flop era".

Discusiones entre fans de Charli XCX y "Swifties" (fans de Taylor Swift) se salen de control y degeneran en un fuego cruzado de insultos homofóbicos. El timeline se me llena de competencias absurdas por qué celebridad admirada tiene "la mejor face card". Se defiende a muerte a un desconocido como si hubiese algo en juego. La distancia ya no habilita la fantasía y la creatividad. En su lugar, se alucina cercanía y se reacciona a un insulto a Taylor Swift como preservando el honor de una madre.

Fandom política

Tanto a escala internacional como local, vemos que la dinámica de fandoms confrontadas rige el debate público. Y, como stan de Rihanna que quiere hacerse de munición para atacar a un oponente ahondando en una discografía vetusta y yerma, hoy se intenta compensar la falta de programas y la debilidad de los liderazgos con un apasionamiento vacío y ridículo.

En Argentina, tenemos a la fandom de Javier Milei, quien doma, es felado por las opiniones de sus opositores, y hace exactamente aquello para lo que fue votado; versus la fandom de Cristina Fernández de Kirchner, quien es Madre, sirve, canta las cuarenta, y va a salvarnos a todos retornando a un rol que hoy desprecia.

O peor, intentamos utilizar a Lali Espósito como una suerte de proxy de Cristina, quien se bate a duelo con Milei y diversos empleados en una lucha de egos que debería interpelarnos.

X figura hace un gesto para contentar a su fandom, la fandom responde celebratoria y defensivamente. La fandom de la figura opuesta (digamos, "Y figura") intenta contrarrestar el gesto mediante chicanas meméticas o análisis moralizantes. Lo primero es comprensible, lo segundo suele estar contradindicado.

Este grado de virulencia puesto en banalidades, podría considerarse peligroso y triste, si no fuera por lo que hoy comentaba Curtis Yarvin. Los candidatos son falsos, las elecciones son falsas.

Hasta la próxima semana,

Aaron

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