Había una vez en San Francisco
Los zizianos no son la primera secta de Silicon Valley.

¿Qué tal?
Espero que estés terminando bien tu domingo.
Mi canción de hoy es “Do Your Best” de John Maus:
Ya abordamos la grieta ideológica de la industria tech extensamente, en ediciones anteriores. Pero voy a hacer un racconto. A grandes rasgos, podemos identificar dos bandos: el bando “anti-woke” y, por supuesto, sus contrapartes “woke” o progresistas. Además, dentro de la esfera “anti-woke”, tenemos dos facciones:
- Los meros grifters que, cuando se trata de su dinero, son tan progresistas y globalistas como cualquier otra persona.
- Los creyentes acérrimos, cuyas actividades comerciales son inseparables de su misión política.

La división entre los progresistas y los anti-progresistas puede ser útil para analizar cómo los gigantes de la industria luchan por influir en la política mainstream. Pero al final del día, es una simplificación burda del panorama ideológico de tech.
En algún lugar más allá de la división entre progresistas y anti-progresistas, hay un bando que ha presentado algunas voces pro-Trump, pero que no es abrumadora ni explícitamente partidista. Se trata del bando del “racionalismo” y el “activismo eficaz”, cuyos portavoces incluyen una vasta pero olvidable colección de historias de éxito startuperas, al filósofo Eliezer Yudkowsky y, por supuesto, al convicto Sam Bankman-Fried.
Esta subcultura se basa en el mito del desarrollador de software como filósofo erudito. Incluso si nunca tuviste contacto directo con alguien que intente encarnar este mito, si trabajaste en suficientes startups, es muy probable que lo hayas sentido en el aire. Es el olor del founder técnico que siente que cualquiera que no esté pusheando código es una secretaria glorificada que no merece poder de decisión sobre nada. Tu experiencia no importa, tus ideas no importan, la opinión de un desarrollador vale doble.
Este elitismo, combinado con pereza intelectual y una veta autoritaria, contextualizan este cluster filosófico.
Básicamente, los preceptos que unen a este cluster son:
- La creencia en el diseño social mediante reformismo. Básicamente, la idea que se puede reconfigurar al cuerpo social mediante cambios progresivos, con medidas que tienen consecuencias lineales y predecibles.
- El culto a “la razón”, entendida como la aplicación de first principles y evidencia mesurable como únicos dispositivos deseables para la solución de problemas.
- Tecno-optimismo, entendido como la creencia de que la tecnología está progresando y que en ese progreso, va a mejorar la sociedad naturalmente.
- Sensibilidades medioambientales/anti-especistas.
- Optimismo desproporcional con respecto al desarrollo de la inteligencia artificial. Quienes están en este cluster suelen creer que la inteligencia artificial general (en sus siglas en inglés, AGI) está a la vuelta de la esquina, y que por lo tanto, configura una amenaza civilizacional. De hecho, uno de los espacios más significativos para este movimiento es un foro llamado “LessWrong”, donde nació el concepto de “el basilisco de Roko”.
De este cóctel nace el altruismo eficaz. El altruismo eficaz promueve la idea de utilizar first principles y evidencia mesurable para seleccionar y diseñar formas eficientes de mejorar el mundo. En la praxis, la mayoría de los miembros del movimiento se dedican a donar todo el dinero que pueden a organizaciones benéficas. Pero son muy pretenciosos al respecto.
De este cóctel ideológico también nace el zizianismo. ¿Nunca escuchaste hablar de los zizianos? Mataron a cuatro personas.
¿Qué está pasando con el zizianismo?
Esta es una historia en desarrollo, con muchos componentes que podrían ser utilizados para construír narrativas muy delirantes. Entonces, creo que más además de compartirte mi propia interpretación de los hechos, debería conducirte a las únicas dos fuentes confiables que encontré.
Si querés aprender sobre “los zizianos” y los crímenes de los que se los acusan, visitá:
- Este artículo de Wired. Es extenso y quizás demasiado minucioso para el observador casual, pero vale la pena.
- Este “hate-site” que terminó siendo una de las fuentes más matizadas y claras sobre las ideas de los zizianos
Como fuese, palabras más, palabras menos, los zizianos son un grupo de aproximadamente 10 desarrolladores de software anteriormente congregados en San Francisco, liderados por Ziz LaSota. La mayoría de los miembros de esta proto-organización son mujeres trans, incluída su líder. Esto ha llevado a que la noticia sea predominantemente difundida por medios reaccionarios, que plantean al zizianismo como un “transgender death cult”. Voy a dejar a este rótulo intacto, ya que tiene algunos matices intraducibles.
El término “death cult” no sólo sugiere que un grupo pseudo-religioso está perpetrando asesinatos, si no que estos crímenes tienen un rol fundamental en su praxis. La doctrina les demanda asesinar. Esto no parecería aplicar a los zizianos.
En las últimas horas, circularon fantásticas comparaciones entre los zizianos y la secta (o “el clan”) de Charles Manson. Para los seguidores de Manson, la criminalidad extrema era un medio para un fin: El “helter skelter”, la caída del imperio norteamericano.
Los zizianos atacaron al dueño de un campo en Vallejo, California, donde estaban viviendo en casas rodantes. Durante la pandemia, el propietario les había perdonado el alquiler. Terminada la pandemia, quiso renegociar sus términos y fue atacado con una espada samurai. Asesinó a uno de sus atacantes en defensa propia. Sobrevivió, inició una demanda, y los zizianos “terminaron el trabajo” para impidir que testifique. La otra víctima es un policía que iba a hacerles la vida difícil en un control fronterizo. Por otra parte, una de las integrantes de la organización está sospechada por el asesinato de sus padres. Los zizianos son personas violentas e inestables, pero este historial de víctimas no parece estratégico ni ideológicamente motivado.
Hace poco vi un documental sobre la Hermandad aria de Texas. Me llamó la atención cómo el grueso de su accionar criminal no tenía nada que ver con el racismo. Eran simplemente un grupo de lúmpenes que traficaban metanfetaminas, prostituían a sus novias, y “limpiaban” a los buchones. Creo que con la mayoría de estas agrupaciones criminales sucede lo mismo. El crimen ideológicamente motivado, en el Siglo XXI, parece ser un deporte individual, una puesta en escena, o un exotismo importado desde Oriente.
Esto nos lleva a una pregunta interesante: ¿Qué creen los zizianos? A decir verdad, creen en más o menos lo mismo que el resto del ecosistema “racionalista” et al., pero sienten que sus líderes son corruptos. Además, creen en una serie de conceptos que no se amalgaman en una cosmovisión ni poderosa ni coherente.