La idea de "arte hecha por IA" es un insulto personal a todos los seres humanos que fueron, son y serán

Transcripto de una clase del secundario que semi-recuerdo

La idea de "arte hecha por IA" es un insulto personal a todos los seres humanos que fueron, son y serán

En algún momento entre 2015 y 2016, fui escolarmente obligado a leer el primer capítulo de Las palabras y las cosas de Michel Foucault. El libro comienza con un análisis de Las Meninas, obra icónica firmada por Diego Velázquez en 1656. Cuando leí el análisis de Foucault, ya había visto Las Meninas, sin prestarle atención, casi todos los días de mi vida (mi padre tiene una reproducción al oleo colgada en su oficina que ha estado ahí desde antes de mi nacimiento).

Vista rápidamente, Las Meninas es una acumulación de gente sin demasiadas complejidades. En su análisis, Foucault desgrana la complejidad estructural de la obra, que se revela como una mise en abyme - puesta en abismo o metanarrativa. En síntesis, Las Meninas muestra el detrás de escena de un cuadro de los Reyes de España. Nuestro POV es el de los Reyes de España - entonces, vemos a Velázquez y a diversas figuras de la Corte que acompañan a los reyes mientras posan. Sobre la izquierda, el bastidor volteado. Al fondo, en un espejo, el rostro de los modelos.

Debido a meras limitaciones biológicas, ninguno de nosotros ha conocido personalmente a ningún contemporáneo de Velázquez. Pero podemos hundirnos en la ciénaga de la historia, hasta recovecos donde sólo quedan fantasmas, y siempre vamos a encontrar alguna obra brillante que pueda enseñarnos algo. Velázquez es uno de los pintores más celebrados de la historia, y ha sido uno de los cientos de beneficiarios de la hegemonía del canon europeo. Pero no importa qué tan excentrico sea nuestro destino, vamos a encontrar ingenio humano brotando de todos lados.

El arte renueva nuestra capacidad de sorprendernos. Carajo - la colaboración con cualquier perfil "creativo" más o menos robusto puede tener un efecto, quizás mucho más tenue, pero similar. En particular, cuando reconocemos que nuestros deseos fueron reinterpretados y se nos brindó algo que nos satisface de una forma que no habríamos podido predecir. La gente puede superar nuestras expectativas entendiendonos más de lo que nos entendemos a nosotros mismos. La inteligencia artificial, por más que queramos convencernos de que es el caso, no puede lograrlo, y probablemente jamás lo logre.

Hasta acá llegué

En los últimos días, se visiblizó que GPT 4o está teniendo mejores outputs gráficos que nunca. Si uno le brinda a la IA una imagen + un prompt de estilo ("quiero esto pero hecho con legos"), el resultado es tal cual lo que uno espera. Ahora bien, el input es una imagen pre-existente y los requerimientos estilísticos derivan de algo también pre-existente. Uno puede pedirle a GPT 4o que convierta una imagen en una ilustración al estilo de X artista, pero no puede concebir un estilo creativamente. Tampoco puede forjar una imagen sin tomar como referencia imagenes scrapeadas del internet abierto.

Creo que la idea de que la inteligencia artificial generativa es una máquina de plagiar es un tanto reduccionista. Pero por estas horas se está volviendo difícil disentir.

En otra época de internet, con otras expectativas, otras rondas de inversión y otras valuaciones, este asunto de convertir fotos vacacionales en ilustraciones a la Miyazaki sería un gimmick de vida corta. Todos generaríamos una imagen simpática y la mantendríamos como foto de perfil en alguna red social hasta que la tendencia se agotara.

Pero mientras escribo, OpenAI está finalizando una ronda de $40B, con una valuación resultante de $300B. El filtrito infalible no es un sitio desarrollado por un estudiante con miras de ser adquirido por una empresa de marketing digital que lo use para vender publicidad. Este es el legado de una de las empresas más valiosas del mundo. Entonces esto no puede ser un juguete de fin de semana - tiene que ser una terremoto que abra la tierra y rompa el mundo del arte como si fuera una nuez.

Incluso antes de esta obligación narrativa, ya tenemos un problema: Los modelos generativos son entrenados "dándoles de comer" el internet entero como por un embudo - esto incluye material de dominio público, material protegido por derechos de autor, material de marketing comisionado por empresas para su uso exclusivo, y material ilegal. Pero además, hoy se nos presenta que el resultado de este proceso es un reemplazo ideal para diseñadores y artistas.

En su apego estricto y literal a las instrucciones provistas por el usuario, la inteligencia artificial generativa se convierte en el socio creativo de los idiotas. Es decir, de quienes aborrecen ese momento en el que un "perfil creativo" les acerca algo valioso pero distinto a lo que buscaban. Esta frustración puede tener diversas causas.

Quizás esta persona:

  • No sepa cómo explicarle a "los creativos" qué quiere.
  • Tenga una visión comercial o creativamente inviable que quiera realizar a contramano del buen juicio.
  • No comprenda el valor del arte o el diseño, y quiera evitar contratar "creativos".
  • Sea sencillamente terca o poco imaginativa.

Volviendo a Las Meninas: Más allá de la mano de Velázquez, lo que vuelve particularmente interesante a la obra es su decisión temático-estructural. Es un cuadro sobre la trastienda de otro cuadro. Si buscamos un equivalente literario nos encontramos, por ejemplo, con Pálido fuego de Vladimir Nabokov, una novela que se desarrolla en un poema y en sus anotaciones.

Se puede llegar a lugares hermosos siguiendo las convenciones del retrato o de la novela - pero de cuando en cuando, un genio reimagina las estructuras de su medio. Si por alguna anacronía delirante hubiese habido GPT 4o en 1960, nadie habría podido promptear una novela como Pálido fuego, porque nadie habría podido imaginarla.

La inteligencia artificial generativa no "democratiza" la imaginación, le quita fricciones a la replicación de lo ya existente. Y gracias a ello, vamos a poder producir más de lo mismo, más rápido y a menor costo.

Pero, ¿Por qué un prompt engineer no podría imaginar el equivalente contemporáneo a Pálido fuego o a Las Meninas? Porque no podría escribir Pálido fuego ni pintar Las Meninas.

Los artistas no pasan el tiempo afilando sus habilidades porque sean tontos o porque no tengan nada mejor que hacer. Lo hacen porque la práctica comprometida genera una intimidad con el medio que no puede lograrse de otra forma. Y en esa intimidad entre el medio y el artista, hay un reconocimiento de limitaciones que de otra forma sería imposible.

Voy a ponerlo en términos que mis lectores masculinos y mis lectoras sáficas van a entender - el resto va a tener que perdonarme. ¿Te obsesionaste con una mujer, de belleza casi insoportable y carácter de madonna? ¿Te da vergüenza saberte un mamífero, y te parece una falta de respeto siquiera dirigirle la mirada? Preguntale a su pareja si comparte tu opinión.

El admirador obsesivo se mantiene como tal gracias al desconocimiento. Cuando conoces a alguien, empezas a verle las costuras - pero a su vez, podés construír tu amor desde un lugar más profundo y real. Sucede lo mismo con un medio artístico. Quien intenta reinventar estructuralmente la novela le está haciendole un planteo a un amante. Ahora bien, si el cajero del supermercado que te atiende dos veces por mes quisiera interpelarte de manera similar, no podría: no te conoce lo suficiente.

Estamos en una época tan rara, que tengo permiso de pasearte por la historia y llenarte de números y escenarios locos sólo para ilustrar lo evidente: Para que el arte evolucione, necesitamos gente a la que no le de grima dedicar su vida al arte.

Dedicarse a cualquier disciplina artística requiere pasar mucho tiempo solo, obsesionarse con detalles que los demás ni siquiera perciben (pero que les van a hacer la diferencia sin que se den cuenta), y un sinfín de etcéteras que me cuesta ilustrar porque ni siquiera los reconozco como un peso a cargar - al contrario, me parecen los marcadores de una vida digna. Pero, si querés dedicarte a, por ejemplo, las artes plásticas, y el estudio de tu disciplina te resulta tortuoso, tenés tres opciones:

  • Aceptar que quizás te gusten las artes, pero no tengas lo necesario para ser un artista. Consecuentemente, convertirte en un facilitador/colaborador administrativo de grandes artistas. Este rol es tan necesario como cualquier otro - al final del día, las industrias culturales son industrias.
  • Asumir que la disciplina es el costo de entrada para casi cualquier cosa que valga la pena. Por lo tanto, trabajar hasta que lo disfrutes. Puede salir mal - suele salir bien en algún nivel. Si te sirve de consuelo, mientras escribo no la estoy pasando particularmente bien. Pero por más cursi que suene, me recuerda que existo. A veces eso es suficiente.
  • Intentar convencer al mundo de que tu falta de disciplina es en realidad una virtud.

Ya me enojé, fuera de mi oficina.