“My experience of life is that it is not divided up into genres; it’s a horrifying, romantic, tragic, comical, science-fiction cowboy detective novel. You know, with a bit of pornography if you’re lucky.”
¿Qué vemos?
Si pregunto a ustedes, estimados lectores: ¿Cuál es su género preferido de películas? Estoy convencido de que recibiré las más variopintas respuestas con las más peculiares razones para justificar su elección.
Algunos serán amantes de la ciencia ficción por los futuros que se retratan en esas narrativas, a otros les gustaran las películas románticas porque la levedad que manejan esas narrativas suele ser un alivio ante la gris cotidianeidad, y a algún otro le gustarán las películas eróticas porque no le da el cuero para ver porno hecho y derecho.
Lo cierto es que el género cinematográfico (o el género narrativo en general) es indivisible de los consumos en los que incurrimos cuando vamos al cine, hacemos zapping un domingo por la tarde, o ponemos Netflix de fondo de un garche sin amor.
Comencemos por lo obvio: ¿Qué es un género? Y no, no es un helicóptero de combate. Un género cinematográfico es una categorización de películas basadas en elementos como estilo, o temática, similitudes narrativas entre películas; por ejemplo “Captain America: Civil War” es una película de Superhéroes, “Rocky” es un drama de deportes, y “High Noon” es un western, por poner algunos ejemplos simples de identificar.
Se pueden clasificar los géneros cinematográficos por un montón de cuestiones que van desde las más abstractas, (como dijimos arriba, el estilo o la temática), hasta cuestiones más concretas y tangibles como el país de origen, el presupuesto, o las personas que estuvieron involucradas en una producción; esto puede dar cabida a subclasificaciones ya que se comienzan a notar patrones similares entre películas.
Por ejemplo, “Halloween” es una película que pertenece al género de terror. Su estilo de cinematografía con cuadros ajustados, o “Thigh Framing”, junto con su estética, fecha de lanzamiento, y personal involucrado en su desarrollo la pone dentro del género; sin embargo también pertenece al subgénero de “Slasher Film” por su premisa y estructura narrativa: Un asesino suelto que no se detiene por nada y suele oponerse a un grupo de adolescentes, de los cuales suele sobrevivir uno; o casualidad casi siempre una joven virgen… Me pregunto que estarán tratando de decir con eso. Comparte esta categoría con otras cintas, como “Friday The 13th” o “A Nightmare on Elm Street”.
Como ven ,el género nos informa lo que podemos esperar de una película, qué arco atravesaran los personajes, y los conflictos a los que se enfrentarán, y nos permite, en tanto consumidores, tomar una decisión sobre si darle nuestro tiempo a una obra basándonos en nuestras experiencias previas con cierto género.
En términos prácticos, es una categorización pura y dura con una utilidad tangible. No sólo para los consumidores, también para los estudios y productoras, que basan gran parte de sus decisiones en el auge o caída de ciertos géneros.
Ahora bien, esto es Nada Respetable, y claro que no estamos hablando de esto solo porque andamos con ganas de dar una clase sobre 3 papers que leímos una noche pasados de sustancias (¿O sí?) estamos hablando de esto porque a lo largo de la historia los géneros han ido y venido de acuerdo con el cambiar de los tiempos.
Once Upon a Time…
Siempre ha habido esta concepción de que en cada época desde que se popularizo el cine ha habido un genero que dominaba no solo la taquilla, sino también el discurso cultural de la época en la que eran producidos. Esas obras eran ineludibles para el publico en general y se hablaba de ellas hasta el cansancio.
Géneros tales como los musicales en la época de los 30s, los westerns entre las décadas de los 40s y los 50s, y hoy por hoy el gigante con los pies de barro que son las películas de superhéroes – Ya volveremos ahí.
Son géneros que capitalizan el zeitgeits cultural del momento de su producción de una forma tal que se vuelven parada obligada para todo el mundo, en sus mundos de fantasía reflejan los miedos, inseguridades y esperanzas del mundo tan real que las ha producido. Así como Fred Astaire y Ginger Rogers buscaban (Mientras bailaban y cantaban) en sus películas el amor en mundos rotos, también lo hacían los americanos luego del crack del ’29 buscando la esperanza de que el futuro serio brillante nuevamente; también nosotros consumimos películas de superhéroes buscando el sentido de lo justo que parece desaparecer cada vez más y más de este mundo.
Los géneros cinematográficos cumplen otra función además de la de categorizar una obra, y ayudar al departamento de marketing de Disney a vendernos su ultimo remake, los géneros se revelan como las herramientas que tienen a su disposición los artistas para explorar sus ideas de la mejor forma posible, de hacer esas ideas concretas y de hacerlas pertinentes a la discusión cultural que envuelve una época determinada; por ejemplo si vamos a hablar del miedo al futuro lo mejor seria contar una historia de Ciencia Ficción, o si debemos explorar las áreas grises de la justicia quizás deberíamos decantarnos por un film Noir. La importancia del genero se devela en esta sutileza de saber como usarlo, y es ahí en esta sutileza donde se vuelve una parte integral del 7mo arte, en tanto es la herramienta más útil a la hora de acercar ideas, sentimientos, o apreciaciones al público general. Sin embrago, no todo es color de rosa, y todo lo que sube debe bajar; bueno en este caso, seria mas bien todo lo que sube debe morir.
Los géneros mueren, poseen ciclos de vida como casi todo en este mundo. Pueden morir por varias razones:
- Hartazgo del publico con respecto a sus convenciones narrativas.
- Agotamiento de su relevancia, cuando ya no pueden dar respuestas fehacientes al mundo que los rodea.
- Parodia, producciones que parodian los fundamentales de un género pueden marcar el fin de estos ya que ponen de relieve los aspectos más irreales e irrisorios de los mismos.
- Desmitificación, al contar narrativas más cercanas al mundo real que a las convenciones que se esperan respecto de un género determinado.
Los géneros que han dominado durante años han “muerto”. Los westerns fueron perdiendo relevancia, trayendo dividendos decrecientes hasta que para mediados de los 60s no atraían gente nueva a las salas de cine. Los musicales sufrieron un destino parecido, sólo que los musicales cayeron más abruptamente debido a que su estilo alegre y esperanzador no era lo que se necesitaba cuando se estaba peleando una guerra mundial por segunda vez.
La muerte de los géneros es un tópico peculiar porque es algo que se ve venir, se percibe desde la pantalla y es un proceso que, si bien termina llevando a los géneros a caer de su lugar de preponderancia en la cultura popular, no los hace desaparecer del todo, sino que entran en una etapa más madura, con más lugar a la innovación y la experimentación.
Sin la caída del western tradicional no hubiésemos tenido lo que se denominó “Acid Western ” ni películas como “Unforgiven” que miraban a la figura del pistolero desde un lugar más real y sombrío; no tendríamos obras deconstruidas que aplican convenciones genéricas viejas a narrativas nuevas como puede ser el caso del musical “Dancer in The Dark”, o “LA LA Land”, que toman la formula del musical clásico pero aplican nuevas temáticas centrales, settings diferentes, y hasta nuevas formas de entender los números musicales para crear algo nuevo, algo que no estaba ahí y que puede ser atemporal y complejo.
En este sentido, la muerte del genero es necesaria, porque es una parte fundamental del crecimiento y del desarrollo del cine en tanto arte; cuando un género “muere” sólo pierde relevancia, pero esa pérdida de relevancia lo hace elevarse, lo vuelve más complejo, más consciente de sus falencias y lo libera para crecer en nuevas maneras. Por ello es necesaria la muerte del género, para seguir creciendo y para poder seguir respondiendo a las preguntas que nos plantea día a día la existencia.
Aunque, ¿Qué ocurre si un género se niega a morir? ¿Qué ocurre si un género a pesar de haber sido deconstruido, parodiado, e incluso olvidado por un sector de su público no muere y sigue como si nada? Bueno, estimados lectores, habrá que preguntarle a las películas de superhéroes; el primer genero zombie de la historia.
Marvel Zombies TM
Así es. Tal como lo han leído, las películas de superhéroes son el primer género muerto vivo de la historia de la humanidad. Es un género que debería haber perdido su relevancia tanto cultural, como en la taquilla, hace ya unos 5 años.
Sin embargo, aquí estamos aún empalagándonos con las ultimas producciones de Marvel y DC. Aquí estamos, consumiendo las mismas películas una y otra vez sin parar… Y lo peor de todo es que aún les damos relevancia, aunque no haya nada nuevo en cada instancia, sabemos la rutina, sabemos incluso los errores propios de cada franquicia. Peor aún, así vamos como buenos borregos al cine (O a la comodidad de nuestro sillón) a ver el ultimo refrito de la formula que se estableció con Iron Man en 2008.
Volvamos unos pasos para atrás; ¿Por qué afirmamos tan vehementemente que el género de superhéroes ha muerto? Bueno, para empezar, el género ya ha sido parodiado hasta el punto que la parodia del propio género fue incorporada en las películas mainstream; véase el caso de “Deadpool” o mejor aún, las consecuencias de ella en el género. Por otro lado, la formula ya es harto sabida por quienes concurren a las salas de cine, es sabida a tal punto que podemos saber que una película de Marvel se va a desmoronar a pedazos durante su último tercio (Y por lo general lo hace acompañada de un desfile de mal CGI) o que una película de DC va a ser indulgente y seria aún en los momentos de levedad.
Podríamos también hablar de que el genero ha enfrentado sus deconstrucciones que lo han llevado al terreno del arte, tuvimos “Logan” en 2017, y la trilogía de Batman de Christopher Nolan, ambas obras ejemplos de como se desarman los “tropos” del género y se sumergen en terrenos mas escabrosos y complejos para dar cuenta de una historia no solo más profunda, sino también imperecedera, algo que no obedece a una moda, algo atemporal y hermoso. Arte, diríamos siendo atrevidos.
Podríamos seguir, y seguir y seguir, pero solo estaríamos retrasando algo que es evidente, el género de superhéroes moderno ha mostrado sus hilos, ha agotado lo que sea que debía decir, lo repite y lo repite, su relevancia caduco y su futuro esta sellado… El rey de esta época se pasea desnudo, pero a este rey se lo aplaude por estar desnudo, y lo que es mas sorprendente: Más adeptos gana a medida que más anda desnudo. Algo curioso, muy curioso y que nunca antes había pasado en la historia; un género agota su tiempo de vida y se vuelve más popular que nunca…
¿Cómo puede ser esto posible? Bueno, las razones son variopintas, y se entremezclan con cuestiones que quizás atañen más a lo económico/social que a lo netamente cultural/artístico, pero sin lugar a dudas uno puede ver que el consumo prolongado en el tiempo del género de superhéroes responde a cosas tales como la identidad cultivada, un escapismo masivo de la realidad por parte de la sociedad, una sobre abundancia de oferta y hasta una necesidad de reafirmar las nociones de bien y mal que se vienen sosteniendo hace años, a modo de revalidar (Aunque sea de la forma más inconsciente posible) un mundo que hace años ha dejado de existir, y al cual nunca volveremos.
Estas líneas son solo el “outline” de cuestiones que trataremos más en profundidad en los próximos días. Solo es una parte de lo que vendrá, pero no por ello es de menor importancia aclarar ciertas cuestiones pertinentes a la idea de género, a cómo se popularizan, por qué mueren y por qué es necesario que lo hagan.
Creo que esta suerte de “estancamiento” en el que se haya el 7mo arte no es casual y está ligado a cosas arraigadas en el mundo que nos rodea. Que este sea el género que se haya vuelto un zombie tampoco es casual, nada de esto lo es, pero lo que es innegable es que es algo que ocurre y que si no nos volvemos conscientes de ello, se perpetuara en el tiempo y quizás, quizás, nos vuelva zombies a nosotros también.