Hace apenas unos meses, en una caminata por el Centro Cultural Kirchner, descubrí cierto folleto titulado “La Vigencia del Posadismo”. Habiéndolo hallado en una mesa de fanzines y publicaciones experimentales, lo asumí una hilarante pieza de ficción. Lo fotografié y unas horas luego, lo busqué en internet, con intenciones de hacerme de una copia.
Entonces descubrí, por supuesto, que no se trataba de una pieza de ficción, sino de un homenaje justo a un activista real con un ideario tan extravagante como valioso. Esto no pretende ser si no una introducción a la tendencia Posadista y una propuesta humilde (en extensión, más no en ambiciones), de revalorización política.
J. Posadas, Posadismo y Posadismo sin Posadas
J. Posadas nació en 1912, en Buenos Aires, bajo el nombre Homero Rómulo Cristali Frasnelli. Era hijo de inmigrantes italianos. Durante su juventud, jugó al fútbol en Estudiantes de La Plata. A los 20 años, se mudó a Córdoba, donde trabajó como obrero del calzado. Eventualmente, se convertiría en un representante sindical. Más tarde, en el líder del Partido de la Revolución Socialista.
En 1970, el Partido se separó de La Cuarta Internacional, dándole nacimiento a la Cuarta Internacional Posadista.
Se tienen escuetos registros de las actividades de Posadas durante las próximas décadas. Se sabe que murió el 14 de Marzo de 1981, en Roma. Huyó del país en 1973, tras ser amenazado por la Triple A.
Los últimos vestigios de Posadismo institucionalizado en Sudamérica parecen reducirse al POR (Partido Obrero Revolucionario), una asociación marginal activa en Brasil, Argentina y Bolivia.
Como muchas otras agrupaciones de izquierda, el POR local apoyó los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner y no hace mucho más que editar una pequeña publicación.
De mi lectura de algunos escritos de Posadas, pude concluir que los pilares del Posadismo son los siguientes:
- Aceleracionismo: Sí, Posadas fue el primer aceleracionista. Posadas estaba a favor de resolver la tensión entre los Estados Unidos y la URSS mediante una guerra nuclear. El teórico sostenía que la revolución proletaria podría alzarse sobre las cenizas de los impuestos mutuamente destruídos, del capitalismo y del Estado Stalinista.
- Cinismo hacia la ciencia: Posadas consideraba a la ciencia como una fuerza redentora de la humanidad. Por eso, lamentaba que estuviese cooptada por el Capital y por las fuerzas del Estado. Posadas atribuía esta cooptación, muy razonablemente, a los altos costos de hacer ciencia. Pero esta dependencia financiera castraba a la ciencia, la privaba de su potencial revolucionario y la volvía servil a poderes nocivos.
- Los extraterrestres son socialistas: Ya que, según Posadas, los avances tecnológicos van mano en mano con los avances sociales, los extraterrestres, al tener sociedades más tecnológicamente avanzadas que las nuestras, son socialistas. Con el capitalismo y el comunismo autoritario como únicos sistemas políticos viables*, los humanos no somos sino seres inferiores a los ojos de los extraterrestres. Es por esto que no se han molestado en contactarnos. Pero debemos demostrar que somos pares dignos, hacer el esfuerzo de contactarlos, y unir fuerzas. Como el socialismo no puede triunfar en un solo país, tampoco puede hacerlo en un solo planeta o sistema solar.
*Recordemos que Posadas escribía durante la Guerra Fría, ahora las opciones se han reducido a más o menos una, lean a Fisher.
- Hable con los delfines, armonice con la naturaleza: Posadas proponía que, en un estadío más alto de desarrollo, los humanos y animales tales como los delfines serían capaces de comunicarse entre sí, armonizando las relaciones entre nosotros y nuestro hábitat. Con la ayuda de seres de otros mundos, además, seríamos capaces de aprovechar la energía proveniente de toda la materia, abrazando entonces modos de producción pacíficos y sustentables.
Sobre la vigencia del Posadismo
Es muy fácil despreciar el Posadismo entero como un sinsentido, y a Posadas como un líder sindical que perdió la cabeza.
Pero hay algo enriquecedor en el Posadismo, y está dado justamente por el hecho de que es una bolsa de gatos de postulados interesantes y de ridiculeces sin una praxis política razonable. Con estos términos, gran parte de la población describiría al trotskismo. Especialmente, al trotskismo del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT). Allí está la vigencia del Posadismo, y allí puede estar el futuro de la izquierda.
El FIT ha perdido apoyo. En las elecciones presidenciales del 2015, trepó hasta casi el 4% de los votos. En algunas provincias, alcanzó el 5%. En las primarias de este año, por otra parte, retornó al esperable 2.86%.
Más de la mitad de los niños menores de 15 años son pobres, nuestra moneda se está depreciando, en cualquier momento defaultearemos y es altamente probable que el año que viene haya una nueva crisis mundial. Todo viento en popa, y un discurso mediático que plantea como únicas opciones a dos Tests de Rorschach ideológicos, que mucha gente votará por asco o por descarte.
Todo está yendo mal, horriblemente mal, y el futuro va a ser peor. La reacción natural, instintiva de cualquier persona con un corazón y un cerebro es la de angustiarse, desesperarse, volverse solemne y proponer soluciones radicales desde lo que será percibido como un pedestal DIY de superioridad moral.
Mi propuesta es otra. Mi propuesta es bromear hasta que la broma aterrice. Propongo ser sardónico, propongo jugar con la ambigüedad. El Posadismo es el vehículo ideal para eso. Ese debería ser el próximo movimiento propagandístico: Publicar ensayos pretensiosos sobre el rol de los extraterrestres en la lucha de la clase obrera por la justicia y la libertad. Llevar camisetas de delfines, enteritos de delfín. Hablar en términos tales que no se pueda distinguir qué es una broma y qué no. Invitar a otros a bromear, hasta que, como dirían los fascistas, “the joke /really/ lands”.
Una y otra vez, elección tras elección, esta estrategia sirvió para que gente horrible alcanzara posiciones de poder. Las herramientas de nuestra época son la post-ironía y la autoparodia. ¿Por qué no? No tienen nada que perder más que el 2.86% de los votos.
[Basado en un borrador publicado en The God of Noise y rechazado en cualquier otro lado]