La década en la que internet se volvió realidad

No prometo que la totalidad de esta pieza vaya a ser legible. Está tan plagada de moonshots, conexiones estrambóticas y especulaciones de cuestionables fundamentos, que me reservo el derecho a ciertos atajos. A continuación, el primero.

Este artículo nace de 4 hipótesis relacionadas. Pretenderé ilustrarlas a continuación.

Las hipótesis son:

  1. El panorama político de los últimos 10 años prueba lo evidente, que internet no es un plano divorciado de la vida real. Y en los próximos 10-20 años, se agravará la presencia de ideologías nativas digitales, con una forma de generar discurso que rompa con ciertas convenciones de civilidad.
  2. Cuando los movimientos nativos a internet escalan, lo hacen por fuera de esta, dandole origen a crímenes como el swatting y el doxxing, las masacres autoradas por ecofascistas, y el atentado contra Cristina Fernández de Kirchner.
  3. Además de figuras públicas y víctimas anónimas, hay una tercera categoría de víctima para estos crímenes, aquellas personas privadas cuya existencia es vista como inherentemente política.
  4. El hecho de que un movimiento sea nativo digital no lo hace grassroots.

Voy a profundizar en estas ideas una por una, con la intención de hacer evidentes los vínculos que yo percibo como evidentes… ¿Quién sabe? Quizás tenga sentido o quizás Pepe Silvia.

Chronically Online

No suelo proponerle a la gente que atente contra su salud. Entonces, es con un corazón pesado que recomiendo que leas The Atlantic.

Pero no cualquier pieza de warmongering demócrata de The Atlantic, sino una categoría de artículos muy específica: Shadowland. Por supuesto, no concuerdo con todo lo propuesto en Shadowland, pero sí reconozco su mérito periodístico. Básicamente, se trata de una profundización en las narrativas que sustentan al movimiento QAnon en Estados Unidos y cómo permeó en la norteamerica blanca y afluente.

QAnon nació en internet.

Origen: 4chan

Autor: Desconocido

Intencionalidad:

Palabras clave: grooming, tráfico humano, pedofilio, elites, hollywood, satanismo

Efecto: Aislacionismo creciente en ciertos círculos de la derecha yankee. Alienación interpersonal por parte de sus fieles. Pizzagate y atentado. Reflote del Satanic Panic (Reagan 2: El Regreso). Reflote de la narrativa de que las personas LGBT son un peligro para los niños (Reagan 3: La Venganza).

Los movimientos de derecha nativos digitales son violentos por naturaleza. Sus miembros toman acción: Agarran un fusil y abren fuego en algún lado. Su narrativa es tajante: Nosotros somos el bien, ellos son culpables de los crímenes más abominables. La situación es urgente y hay que hacer algo.

Llegado este punto, vale la pena aclarar que estoy usando el término «nativo digital» muy laxamente. Si bien la bizarría es típica de internet y de la cultura memética, las pasiones subyacentes de QAnon preceden a la WWW. Y las condiciones que lo hacen seductor son materiales. A su vez, otros movimientos que se vieron acelerados por internet la preceden. Por ejemplo, el radfeminismo, el ecofascismo, el movimiento gordo, y el veganismo.

De hecho, la narrativa de QAnon me recuerda a cierta discusión sobre veganismo que tuve hace unos años. En conversación, un vegano comparó el holocausto con la industria cárnica, y a mí me asombró que, de ser genuina la comparación, el tipo no fuese una suerte de versión Turbo de Carlos El Chacal.

Si creés que todos los días están tomando lugar miles de holocaustos, a todas horas, y con el consentimiento informado de toda la población, vivis con una convicción cuya única consecuencia razonable sería un despliegue de violencia abyecta.

A menudo, se subestima el plano de las ideas. Pero las ideas demandan acciones. Luego de suponer que algo es cierto, llega la pregunta de qué hacer al respecto. Y si aquello que es cierto es atroz, la inacción es criminal. La función de QAnon y de otras ideologías reaccionarias sastreadas a medida de internet es ofrecer una narrativa que justifique la violencia política.

La función de los movimientos progresistas sastreados a medida de internet es lavarnos el cerebro y hacernos incapaces de tener héroes o praxis. Pero ese es un asunto para otra ocasión.

Crímenes del futuro

En la sección anterior, me referí a los «lone wolf shootings» (también conocidos como las masacres, los tiroteos) como el crimen que traslada la conspiranoia reaccionaria al plano material.

Pero hay otros crímenes, mucho más transversales, consecuentes con el discurso online.

Por ejemplo: el doxxing y el swatting.

Doxxing

Considerando las métricas de esta publicación, hay una altísima chance de que no necesites que defina qué es doxxing. Pero Google me demanda formar esta oración:

El doxxing es una práctica de intimidación que consiste en filtrar los datos legales de una persona que pretende ser anónima/pseudónima.

Pero, entre nos, el doxxing es algo que le haces a alguien cuando querés que le hagan daño. Es poner en riesgo al otro gratuitamente. Nadie doxea inocente o casualmente. Es una invitación a llevar las cosas a la vida real, informar a empleadores, llamar a familiares, enviar pedidos obscenos, etcétera.

En el peor de los casos, el doxxing termina en swatting.

Swatting

El swatting es un crimen del primer mundo. Pero, para el bot buscador de definiciones de Google:

El swatting es una práctica de intimidación que constituye en hacer un llamado fraudulento a la policía denunciando que el individuo acosado está planeando un atentado, para que reciba una visita por parte de un grupo comando y quede involucrado en una causa judicial.

Poniendolo en términos locales, «QAnon metió una diputada», quien ya fue swatteada dos veces.

Este es el momento en el que digo que lo personal es político

Voy a ser honesto: Todo ese asunto de la cultura de la cancelación nunca me pareció más que ricos haciendole policing moral a otros ricos, en disputas vacuas por ganar legitimidad en la industria del espectáculo o la academia. Si me lo preguntan: Aburridísimo. Es igual de aburrido que cuando gente menos privilegiada reproduce esas dinámicas, en intentos de corroer a cualquier miembro de una categoría marginalizada que se atreva a levantar la cabeza y lograr cosas en sus términos.

La mayoría del discurso alrededor de la libertad de expresión no concierne a la posibilidad material de expresarse. Esto no es un problema a menos que uno viva en China o bajo otro gobierno que limite intencionadamente el uso de internet. En su lugar, concierne a las chances de ser celebrado unívocamente por esa expresión.

Como dijo Contrapoints en uno de sus videos más recientes, «Do you know who’s being silenced? People who are silent.»

Tanto el swatting como el doxxing suelen perjudicar a creadores de contenido con un pasar clasemediero y nulo acceso a círculos del poder, o a individuos privados cuya existencia es vista como inherentemente política.

Comencé a escribir este artículo tras la primera victoria de la campaña para que Cloudflare deje de dar soporte a KiwiFarms. KiwiFarms era un foro dedicado al hostigamiento organizado de personas visibilemente queer o visiblemente discapacitadas. El objetivo común de los miembros de este foro era, básicamente, empujar a sus targets al suicidio – cosa que lograron 3 veces.

Actividad online (disputas vacuas, comentarios fuera de tono, contenido «cringe», etc.) era vista como un justificativo para acoso AFK. El doxeo llevaba a llamadas de teléfono, apariciones en el domicilio de la víctima, y denuncias falsas contra la víctima para excluirla de sus espacios de socializazción. Incluso, en ciertas ocasiones, el acoso escalaba hasta el swatting.

Estamos en la época de la política bizarra y del pandillismo digital. Este segundo, en lugar de consistir de riñas injustas y atentados contra la propiedad privada, se hace de jugarretas psicosociales e intentos de suicide by cop. En lugar de conllevar riesgos físicos y demandar musculatura y zaña, se nutre de la alienación y la cobardía. Básicamente: Son beta cucks.

De nazis & glowies

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Termino de escribir este artículo varios días luego del intento de atentado contra la vida de CFK.

Estarían vinculados al atentado:

  • Un grupo de lúmpenes dedicados al alquiler de radiotaxis, la venta de algodón de azúcar y el alquiler de habitaciones.
  • Un dueto que organizaba marchas de viejas.
  • Una pundit adolescente neonazi que conoció la pasta de dientes cuando le hizo un booty call en el Hilton a lo que queda de un músico pop adorado por este publicación.

No voy a teorizar sobre lo que desconozco. Pero todo es extrañísimo. Es tal el grado de surrealismo de todo este lore, que algunos no tardaron en asumir vínculos sucios con los servicios de inteligencia. Y otros no tardaron en tratar de irresponsables y filonazis a quienes lo hicieron.

Como QAnon asume que todo viene de un kabbal de billonarios pedófilos que extraen adenocromo de los niños, cierta ala del progresismo local moja sus pies en el más absurdo liberalismo Mileísta al asumir un mundo sin estructuras ni conspiraciones. De repente, sólo hay individuos. Sólo hay loquitos. No hay estructuras biopolíticas, no hay psy-ops, no hay metajuegos, no hay circunstancias. Sólo hay lobos solitarios, azuzando a otros lobos solitarios. Agentes del caos que no responden a los intereses de nadie.

¿Es posible que haya distintos servicios de inteligencia vinculados a sus fascismos locales? ¿Podría haber habido, alrededor de la así llamada «banda de los copitos», algún agente operando siniestramente para radicalizarlos?

Esto es algo que los servicios de inteligencia hacen todo el tiempo. Es casi lo único que hacen. Y ni siquiera tenemos que matizar atrocidades para encontrar evidencia de ello. ¡Carajo! La CIA & el FBI históricamente le han hecho esto a la izquierda y a los ecologistas. Una Laura Jane Grace pre-transición cantaba sobre esto en 2008.

La idea de que los servicios de inteligencia podrían estar involucrados en esto puede sentirse demasiado «emocionante» como para ser verdad – pero es absolutamente plausible.

¿Una intervención por parte de agentes de inteligencia significaría que toda esta gente es inocente? No, para nada. Son gente horrible igual y probablemente crean lo que dicen.

Pero sus formas de operar (infiltradísimos o gestados por fuerzas externas) permiten:

  1. Que las autoridades los tengan en la mira.
  2. Que puedan ser manipulados en función de favorecer ciertas coyunturas.
  3. Que puedan ser manipulados para ser funcionales.

Los dejo con la traducción de un greentext graciosísimo que posteó un agente de la CIA en el foro de la CIA «4chan»:

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  • se mi padre a mediados de los 90s
  • trabaja para la policía del estado
  • te asignan como agente encubierto en una milicia regional
  • hay algo así como 12 miembros a tiempo completo
  • jugas en el bosque un par de meses
  • finalmente escuchas a un tipo cocinando un plan para bombardear a un juez
  • la mitad de la milicia está de acuerdo
  • papá está un poco shockeado, ya que todos parecían bastante normales
  • un par de tipos dejan el grupo
  • el plan sigue avanzando
  • la policía estatal decide que tiene suficiente evidencia para el caso
  • planean arrestar a todos en la reunión luego de la próxima
  • papá está en una reunión una semana antes del arresto
  • de repente les bajan la puerta de una patada
  • arrestan a todo el mundo
  • la policía del estado está confundida como la mierda
  • papá luego se da cuenta de que el tipo que empezó el plan era del departamento de justicia
  • el presidente del club era del fbi
  • dos soldados razos trabajaban con el alguacil
  • los US Marshals estaban involucrados de alguna forma
  • toda la rama de la milicia fue fundada como un honeypot del FBI
  • La cara de papá cuando entierran todo el asunto por vergüenza.