Les doy la bienvenida a nuestro oraCulo, cómo sabrán, aquí analizamos la cultura y sus producciones, además de sus implicancias políticas. Si tal vez consideran que hablamos demasiado del fascismo, es porque considerando que los medios también, con tanto miedo a ciertas víboras, profetizando el fin de los tiempos, de cómo empapa eso en la política, de eso la gente va a hablar, y lo hacen con preocupación. No hay que tener miedo a hacer las preguntas pertinentes y sacar lo realmente notable a la luz, ya que, pensar no es repetir lo que dice el dirigente, sino de alguna forma, contradecir. Además, acá estamos para divertirnos. Por eso, no podemos no mirar a la astrología, y ciertas sospechas que pueden salir a la luz en nuestro viaje por los astros.
¿Qué es la astrología?
Seguramente han abierto una revista en algún momento de su vida, o el diario, o visto en la televisión…ok, la astrología pareciera permearlo todo. Quizá incluso se habrán hecho la carta astral o, Dios no quiera, les habrán preguntado en qué fecha y hora nacieron. La astrología es el estudio de los astros, pero se diferencia de la astronomía (que realmente estudia los astros) en que la astrología los interpreta, pues las estrellas también tienen su propio lenguaje…

…y por ende, sus intérpretes, que son capaces de darnos una imagen del futuro.
Cómo acá, dónde la astróloga Ludovica Squirru pronostica antes de la asunción de Alberto Férnandez, que habrá estabilidad en la Argentina nueve meses luego de su asunción el 27 de octubre del 2019.
Escucho sus risas desde acá, creo que no necesito aclarar nada.
Otras predicciones son más vagas y esotéricas. Con esto tendríamos que tal vez preguntarnos: Considerando que se hacen millones de predicciones por día sobre el futuro de un país caótico que todo el tiempo parece guionado para una sitcom, ¿no es acaso razonable pensar que alguna predicción estará acertada, y que según cómo y de quienes te informes, esas predicciones podrían ser un poco más precisas? Claro, nadie ha llegado al nivel de saber que pasará en qué día exacto, por qué o dónde.
También debemos notar la relación que tiene la astrología con el cristianismo (para usar un término amplio). Como ejemplo, en una entrevista a la astróloga Beatriz Leveratto en el noticiero TN, al explicar que es la astrología, explica:
“…la astrología es un saber milenario. No se si alguna vez asociaron que los tres reyes magos son tres astrólogos, eran tres astrólogos. ¿Que venían haciendo? Venían siguiendo un mensaje que venía de una estrella que decía que iba a nacer el hijo de Dios. Estaban buscando algo que anunciaban las estrellas en sincronía con un evento de la tierra.”
Cabe preguntarse, ¿por qué [email protected] [email protected] ameritan su propio espacio televisivo? ¿No tenemos ya gente que se dedica a observar la política? Tal vez sea la desconfianza ante los medios en sí mismos lo que generan una especie de búsqueda de algo más grande, después de todo, ya sabemos que muchos de los que aparecen en los noticieros están ensobrados. No lo escuchaste de nosotros.
En este caso, la astrología, al ser un estudio de eventos naturales, y por ende objetivos a la humanidad, es un saber “puro”. O al menos así es percibido, lo suficientemente inocuo para que en una revista (ya sea física o digital) te sirva de una especie de guía, o un estudio minucioso sobre tu comportamiento, tanto individual cómo social. Bajo estos términos, define al humano desde el esencialismo. “Es así”. Estudios astrológicos más minuciosos tienden a ser más precisos, pero de todas formas dicen “Es así”. Las respuestas se encuentran en las estrellas.
No es raro encontrar en la astrología una puerta de entrada a drogas más duras, dónde debido a su misticismo, podemos irnos por las ramas analizando distintos tipos de métodos predictivos, que sirven de guía a la desesperada ama de casa queriendo descubrir si la cuernea el marido (la respuesta es sí, Romina, buscate un amante joven para vengarte, full acceleration), acá tendríamos que empezar a ir al quid de la cuestión, y definir el fascismo y sus similitudes con la astrología.
¿Qué es el fascismo?
El fascismo es una doctrina política centrada en el ethos colectivista y estructurada a partir de la fusión institucional de Partido-Estado. Podemos encontrar aquí similitudes sueltas con respecto no a la astrología, sinó a la identidad (¿cultivada?) que puede derivar de ésta. El colectivismo se caracteriza por la unidad de pensamiento y cero crítica en apoyo a un proyecto político que involucra el control total, y es en la astrología dónde hay un puñado considerable de personas que toman la astrología como carácter definitorio de su personalidad. Según la “Segunda encuesta nacional sobre creencias y actitudes religiosas en Argentina”, es alrededor del 33% de la población, más de la que usa Twitter, que es aproximadamente el 10%. Todo el mundo busca respuestas y profecías, ya sea en servilletas, personalidades notables, o en los astros, pero en el caso particular de la astrología, al considerarse a sí misma como un estudio, tiene una estructura. Claro está, el resto de la comunidad científica unánimemente la considera una pseudociencia…aunque la comunidad científica también tuvo sus tropiezos durante la reciente pandemia del Covid-19, atada indudablemente a intereses políticos. No estamos negando la pandemia ni dándole validez científica a la astrología, sólo que podemos inferir por donde viene la mano. De todas formas, la relación entre la comunidad científica, los gobiernos y la sociedad en general y la fragmentación entre estas áreas es todo un tema aparte, y “¿cómo es que se genera la desconfianza en los expertos?” es una pregunta válida para hacer.
Dentro de su núcleo ideológico, el fascismo guarda cierta idea de “retorno” a un pasado que fue mejor, pasado que obviamente es idealizado con fines estrictamente propagandísticos. El fascismo es la expresión más extrema y radicalizada del tradicionalismo, y es en esa necesidad de objetivarse a través de un pasado en común (una suerte de “linaje” compartido por un pueblo, una nación, que reviviendo lo que hizo grande -idealización- a sus antepasados busca volverse grande nuevamente) que sus aristas chocan con el misticismo.
Históricamente, lo vemos en “Ahnenerbe”, la sociedad fundada por Heinrich Himmler para la investigación de la “raza aria” -con tintes apreciables del paganismo germánico en su “investigación”-, en la Garda de Fier (o Legión de San Miguel Arcángel) y su ferviente militancia religiosa, en el culto al “legado imperial romano” de Mussolini, o acá mismo en Argentina, con José “el Brujo “ Lopez Rega en sus codeos con el misticismo, el peronismo y su relación con la triple A.
Esa idea de tradición que conjuga el misticismo con el parentesco está siempre presente en el fascismo (aunque, por supuesto, asume diferentes formas según el movimiento), dentro de esa relación podemos ver cierta predilección hacia “lo seguro”, “lo estable”, lo que “antes funcionaba”. Obviamente lo que en algún momento pudo funcionar, en las circunstancias actuales y bajo contextos totalmente distintos no puede hacerlo (el fascismo es un claro ejemplo de ello, fracasando en todas y cada una de sus experiencias políticas), y a riesgo de ser cancelades por el 90% del género femenino, la astrología entra dentro de esta categoría. Nuestros antepasados miraban los astros en busca de respuestas: cuando cultivar, cuándo cosechar, a donde ir, etc.
Hoy en día sabemos que las estrellas tienen un tiempo de vida finito y que la luz que vemos es un reflejo de lo que puede ser una estrella muerta. Sin embargo, hay una tendencia atávica en el humano a copiar conductas del pasado en tiempos de crisis, y la astrología, la predicción de comportamientos y tendencias humanas a partir de los astros (astros que probablemente ya “murieron”) es básicamente eso: un atavismo.
Ascendente
Mencionamos anteriormente que las personas que consumen la astrología podrían también estar adoptando una identidad cultivada (de ahí su relación al colectivismo), he ahí la pregunta “¿Quién la implantó?”, pero otra pregunta también sería “¿por qué pega tanto?”. Dependiendo de varios factores políticos, cuando el clima es de desesperación, estamos en búsqueda de respuestas, y bien parece que la astrología tiene características fascistoides, y bien habría que preguntarse qué tan cerca está la sociedad Argentina del fascismo (históricamente, no estamos hablando de un posible futuro con Milei) para que tales tintes ideológicos surjan y se arraiguen en la sociedad, que consumos hay alrededor de éste (muy cerca de movimientos públicamente negacionistas de la ciencia, ultra-católicos o cerca de otros más peculiares dónde le vagin es un pasaje sagrado) y claro, quienes se benefician de ello. Bueno, ya vieron quienes aparecen en los noticieros o los portales mediáticos, Jimena Latorre es más que nada una marca. A mucha gente le alegró que el presidente fuera de Aries porque «iba de frente», «puteaba en twitter», son «impulsivos y hacen que las cosas se hagan», era algo deseado para algunxs, que lo comparaban con el soyboy de Macri. Es el capitalismo, libertad de mercado y todo eso, y supongo que una crítica a la teoría liberal es que no, no todos los agentes son razonables.