La construcción de la nostalgia

Si pensamos en aquellas épocas doradas donde todo estaba bien, ¿A dónde nos llevaría nuestra mente? Más allá de la época y el lugar donde hayamos nacido y crecido, sin importar nuestra edad, siempre estará ese atavismo que nos lleva a añorar un tiempo “bueno”. Todo el mundo tuvo “su época” (y si aun no la tuviste, siempre llega), y más allá de a que época de nuestra vida nos lleven los recuerdos, mas o menos colectivamente estimamos que estas pertenecen a tal etapa de la historia. Individualmente tal vez añores mas tu infancia, y desde un sentido colectivo tal vez podés decir “si, en esta época todos estábamos al menos bien”.

Para dejarnos acarrear por esos recuerdos, estos necesitan un recurso, un “algo” que nos lleva. Un vehículo, si se quiere. Una foto, un recorte guardado en una caja debajo de la cama, unas letras talladas en un árbol, un grafiti. Algo que se manifiesta en el mundo y que hace a todos testigos: “A quien encuentre esto, alguien estuvo aquí antes” bien podrían decir. Una pequeña marca en el mundo que se hace tangible, y cuyo significado de tal recuerdo permanece en privado.

Por supuesto, en el mundo digital no es muy diferente al físico. Incluso en los confines más oscuros del pasado de internet (MySpace) se intenta dejar una marca, pero con herramientas ya destinadas a eso. Sin embargo, estos registros son líquidos, y de hecho, no nos pertenecen. Nuestra individualidad deja de ser nuestra, y cómo bien ya deberíamos ir sabiendo, la privacidad murió cuando llegó el nuevo siglo y cayeron las torres, ya saben a qué me refiero. ¿Podrán los recuerdos registrados en la internet podrán tener la misma magnitud emocional que aquellos que te arrebatan del presente porque los encontraste accidentalmente en un cajón? Cabe destacar que ya tenemos suficiente historia en internet cómo para poder recordar a través de ella.

Podríamos adivinar que esta es la evolución lógica de un fenómeno que se dio en la filmografía estadounidense abandonando los 90 y entrando al nuevo milenio. La generación que era adolescente y preadolescente creció enfrente a la televisión consumiendo justamente, programas de televisión sobre adolescentes. Una idea que sigue siendo incluso usada de tanto en tanto actualmente, y es uno muy conocido, y que quedó tal vez cómo algo trivial: El de generar recuerdos, o más bien, el de querer generar recuerdos. Intencionalmente crear un momento y un lugar que digas “Sí, ahí sentí la vida”. Tal vez los adolescentes emprendían un viaje, o querían realmente sentir “el espíritu de la secundaria”, el mundo abriéndose por fuera de sus padres. Ahora las aventuras incluían noches “memorables”. 

Lisa Simpson cool con sus amigos cool

Por supuesto, esto no es un fenómeno solamente estadounidense. Yo hago ravioles, ella hace ravioles. Podría citar cómo un ejemplo nacional a Rebelde Way. Y más allá de lo directamente falopa que es su película, también de eso se trata. Cómo ejemplo español, también ocurre en Merlí.

Foto del elenco de Merlí

Todo esto facilitado, claro, por el avance tecnológico en cuanto a productos tales como celulares, cámaras de fotos digitales y cámaras de video. Dejar un registro propio. Es curioso observar cómo este tipo de costumbre tiene un precursor: el álbum familiar. La foto, el retrato. Tecnología que facilita grabar el instante, y con un propósito enteramente emocional, más allá de su utilidad cómo registro histórico, el padre que recién se compraba la cámara de fotos (esas con rollos) lo que está pensando cuando toca el botón después de que la familia entera y sonriente dijera Cheese es “quiero que este momento dure”. Esta tecnología también, haciéndose más accesible, llegando a casi todos los rincones del planeta, cuya modalidad de registro dista abismalmente del de la palabra escrita o el dibujo y la pintura.

Still de la primera temporada de Skins

No sólo el momento tenia que ser memorable, sino que tenia que haber registro de ello. Esto podría decirse que tiene relación también en cómo el publico target de estos productos estaba cada vez más concentrado en los jóvenes. De a poco la adultez de comprar electrodomésticos para la casa o aspirar a la estética de la oficina fue reemplazado por la juventud de comprar el articulo electrónico más avanzado en el momento, y cómo en tales registros de tus buenos momentos tenias que estar bien vestido (los recuerdos duran para siempre, después de todo), tenia que tener una música de fondo, bueno, consecuentemente todos estaban a bordo. Ahora los recuerdos son una publicidad en si misma. 

*inserte video de tiktokers mostrando su ropa aquí*

No podría discernir si es retroalimentación, causa o consecuencia. No iría tan lejos de decir que el capitalismo creó el deseo de generar recuerdos, ni tampoco diría que el humano naturalmente busca registrar su existencia frente al tiempo y el universo. Puede ser que nuestra capacidad emocional y nuestros talentos guíen nuestros deseos tecnológicos, y la tecnología necesita recursos. No soy de dar tantas respuestas finales.

Frente a una generación de adolescentes que ya no miran televisión, sino servicios de streaming, por supuesto, tiene que haber cambios, y la narrativa tiene que cambiar. Algunas ideas ya no se vuelven tan necesarias. ¿Quién no se registra todo el tiempo? Sólo tenemos que comprar a Sabrina la bruja adolescente, serie de los finales de los 90 primeros años de los 2000, con la adaptación de Netflix del 2019. Ambas sobre adolescentes, pero con enfoques distintos. Ya no importa re vivirla en la secundaria, porque la secundaria ya quedó cómo una mierda, y porque después de la secundaria sólo hay incertidumbre. Los adolescentes se preocupan por la justicia, la igualdad, el empoderamiento o la completa vanidad, y por supuesto: ponerla, ebrios y completamente drogados. Sex Education tiene lo mismo, así como Euphoria. No estoy diciendo que sean nuevas, sino que cambia su relacion narrativa con la juventud y la tecnología.

Still de Euphoria (HBO)

Disfrutá la secundaria, la mejor etapa, etc.

Cómo sobrevivirá está construcción nostálgica, en una época dónde los ladrillos son virtuales, dónde los jóvenes son otros, será algo que estará por verse. Avicii murió, y ya no cantará sobre vivir el momento. ¿Tal vez todo será memes a partir de un momento?

Así cómo se acostumbraba a husmear el albúm de fotos familiar, más de una vez me he perdido viendo fotos viejas en Instagram, yendo más hacia el pasado en el feed. ¿Quién sabe qué aplicación estaré usando en el futuro para tal fin? ¿Y los relatos que subí a MySpace? ¿Las fotos que subí a Facebook? ¿Lo que suba y borre? Irrecuperables. Esa información ni siquiera es mía al subirla. La fotito física si la querías desaparecer, al menos tenías que romperla con tus propias manos. 

Catártico.