La Ciencia Gay & Casados con Hijos

Es cómo una rutina, una repetición constante. Como un programa de televisión donde repiten los mismos capítulos una y otra vez. Cómo un día de la marmota. Con suficiente variedad de los mismos para que no aburran, para que parezcan artificialmente “nuevos”, pero los mismos al fin y al cabo. Cuando estos se repiten, sabemos qué va a pasar, sabemos cuándo viene “ese momento” que tanto nos emociona. Ese momento icónico.

Con el fenómeno de la mass media, donde la TV era el principal centro de entretenimiento de una época que ya está muriendo pero que se rehúsa a morir, es clásica la formula de la repetición de programas. Argentina no está exenta: toda una generación plantada frente a la pantalla viendo repeticiones de los mismos programas. Estos programas no quedan en el vacío, quedan implantados irreparablemente en nuestra psiquis. La TV afectó a millones de personas en su modo de relacionarse y en su modo de ver el mundo, puesto que ese es el efecto que tienen los consumos culturales.

Dos casos que creo que merecen análisis son Los Simpsons y Casados con Hijos (versión Argentina), transmitidos hasta el cansancio en el canal Telefé. Elijo esos porque se me canta y porque además tienen puntos en común además de la repetición. (Podría aludir a la “Married With Children” original, pero no enriquece el análisis y me parece una cagada en cuatro tiempos). Ambas son familias constituidas de un padre, una madre y sus hijos, donde cada miembro tiene características distintivas. Y se establecen en períodos muy similares. Antes de que me vengan a agitar con que Los Simpsons es más vieja y sigue en transmisión, quiero aclarar a que me refiero a las repeticiones, las cuales son mayoritariamente desde la temporada 3 (año 1991) hasta la temporada 16 (2002), dónde a partir de ese año comenzaron los problemas de doblaje los cuales fueron tomados con rechazo por el público, y donde además comienza a gradualmente a cambiar el tono de la misma serie, comprensible con la entrada al nuevo siglo. Casados con Hijos en cambio toma lugar en los años 2005 y 2006, y han sido repetidos sus episodios desde entonces. Casados con Hijos, por supuesto, no es tan repetida como los Simpsons, que hasta hoy en día sigue siendo repetida los fines de semana a partir del mediodía.

Conexiones rebuscadas

Ambas familias luchan constantemente con problemas casi aleatorios soportando además las cargas de pertenencia a una clase media aspiracional (contextualizada dentro de su país de origen, puesto que no era ni es lo mismo ser clase media en argentina del 2003 que en Estados Unidos del 91 en adelante – de hecho, la familia amarilla lo tenía mejor). Siempre soñando con una vida mejor mientras los padres de familia tienen que cumplir un horario laboral en un lugar de trabajo poco gratificante, las amas de casa ridiculizadas (pero de forma distinta), y los hijos yendo a la escuela y teniendo problemas que de un modo u otro terminan afectando el equilibrio de la familia.

Los arquetipos de los personajes son el punto fuerte de ambas tiras, puesto que es en ellas y en sus circunstancias que el televidente se identifica. Ya mencioné al padre de familia explotado, representados en Homero y Pepe, ambos parecen “chapados a la antigua”, ambos vieron sus vidas truncadas repentinamente debido a que preñaron a la novia, si me disculpan el dicho (no lo hagan). Es el típico hombre adulto al borde de la crisis de la mediana edad constantemente frustrado, ambos tratando de aliviar sus vidas con el humor que puedan, sin importarles mucho a quien se llevan por delante y teniendo que arreglar las cosas cuando ya es demasiado tarde. Jugando al “padre sacrificado” que se desvive por su ingrata y estrafalaria familia, para la cual hace lo que puede, con más desaciertos que aciertos. Ambos toman la primera oportunidad que pueden para escapar de su realidad.

Después tenemos el caso de Marge y de Moni. Marge es una ama de casa dedicada al cuidado de su hogar hasta el punto de la histeria, rezongando cada dos por tres (ese es su chascarrillo, por supuesto), más que la voz de la razón, es un obstáculo que los demás miembros deben sobrepasar. Moni es el caso demonizado de la ama de casa, sentada siempre haciendo nada, sacándole plata a su marido mientras compra compulsivamente. Más que un reflejo de la realidad, es un simulacro de la imagen negativa que se tenía (tiene) de las mujeres que se quedan en la casa a “hacer nada” mientras reclaman que hacen de todo y que el resto simplemente no lo aprecia.

En el caso de su progenie, tenemos diferencias más que nada basadas en la imagen que se tiene de la familia en los diferentes contextos geopolíticos de cada lugar. Bart es un niño revoltoso, el típico “boys will be boys” que se mete en problemas y es un dolor de cabeza para su madre mientras es alentado por su padre. Lisa es una intelectual dedicada a leer libros, hacer música, y decirle a los demás qué hacer desde un discurso “progresista” (no lo voy a decir muy alto porque capaz liga un tongo). Son niños, puede ser esa la gran diferencia con Paola y Coqui, donde una es una adolescente, de nuevo, un simulacro de las jóvenes argentinas que se concentran más en estar buenas que en cultivar su inteligencia, representación clara de la degeneración de la sociedad y de “cómo los valores se van perdiendo”. Coqui, por otra parte no se caracteriza por otra cosa que por tener ganas de ponerla todo el tiempo, sin éxito debido a su personalidad, incapaz de ver más allá de su deseo libidinoso. Si YouTube hubiera sido tan popular e integrado en la sociedad como lo es hoy en día, seguro seguro hubiera sido libertario línea Laje.

¡Incluso tenían unos vecinos modelos a los que envidiar! Ambos los Fuseneco y los Flanders se veían como aquello que las familias correspondientes se esforzaban tanto por lograr. Los Flanders eran envidiados por tener “una familia perfecta y funcional” ligada a sus altísimos niveles de pureza y devoción cristiana. Eran mejores porque eran más creyentes. Los Fuseneco eran más particulares; eran mejores porque tenían una mejor calidad de vida debido a que ambos eran empleados bancarios. Dardo era la frustración de Pepe, no porque simplemente tuviera mayor poder adquisitivo, sino porque era, en términos simples, un Chad que nunca dejó de estar mamadisimo y siempre tuvo levante y garchó cuanto pudo, a cambio de dedicarle cuidado a su cuerpo con cremas exóticas y leer libros de poesía, lo cual al parecer no era enteramente su deseo, sino un deseo castratorio de su esposa, que buscaba una feminización que era comparable al sometimiento. No lo digo solo por decir, ¿Qué es María Elena, sino la caricatura de toda feminista para el ojo popular? Una loca gritona constantemente queriendo ocupar su lugar a través de ridiculizar a los demás por no ser lo suficientemente correctos. La caricaturización de su feminismo llegaba también a una especie de masculinización de su personaje, dónde siempre vivía enfierrada, era intimidante o mostraba su poderío a través de grandes consumos de alcohol. Honestamente, I have no choice but to stan.

Lenguaje

Siempre, por supuesto, los episodios ocurren “en algún lugar del tiempo” alrededor del comienzo del siglo, modificando nuestra perspectiva de cómo ocurre el mundo. Es notable que en ambas series no existe el internet o los celulares más que como algo anecdótico que poco tienen que ver con su forma de relacionarse con el mundo. Sus chistes son entre los más recordados y también enaltecidos desde una nostalgia por una época pasada, pero reciente.

Los Argento, por supuesto, son una versión más loca, más representativas de las penurias de una familia que no llega a pagar las cuentas y una casa decorada con el paso de los años cómo se podía. Los Simpsons son una versión más idealizada porque, a pesar de su clase social, tenían dos autos y Marge siempre llegaba con bolsas repletas del mini-super, ¿Quién no prefiere eso?

Varios neologismos que se originaron en Los Simpson han entrado en la lengua vernácula popular. Mark Liberman, director del Linguistic Data Consortium, comentó:

“Los Simpson aparentemente han reemplazado a Shakespeare y la Biblia como la mayor fuente de modismos, eslóganes y otras alusiones textuales de nuestra cultura”.

El chascarrillo más famoso de Homero, su gruñido “¡D’oh!” es tan ubicua que ahora aparece en el Oxford English Dictionary, pero sin el apóstrofe. En el caso Argento, es común que a los perros se los llame Fatiga, a pesar de tener poco en común con la perra rubia utilizada en la tira. Estos son sólo unos cuantos ejemplos de cómo miles de frases graciosas o escenas divertidas han afectado una generación entera. Pero las comparaciones no terminan allí. Los personajes mismos son fácilmente identificables con alguien que conocemos, o nosotros mismxs podemos identificarnos inclusive en cualquiera de ambas familias. Ambas son fuentes inagotables de memes, y los memes también son un reflejo del mundo. Nos mantienen en el mismo tiempo, en la misma vorágine.

Con respecto a esto, Zizek, en En defensa de las causas perdidas

Ay no, trajo a Zizek

…nos hace un análisis exhaustivo sobre las formas del lenguaje cómo un agente “totalizador”, dónde el lenguaje en si mismo es la conquista. Ambas familias que utilizo en este análisis establecen signos comunes, que quedan por fuera ya de las familias mismas, y son adoptadas por todo el resto. Dicho de otro modo, ¿Quién no se ha identificado, al menos un poco, con las condiciones de trabajo de Pepe en atención al público, dónde debe atender a clientes caprichosos que te apuran y te tratan tan mal hasta que en un momento pensás “genocide is good, actually”, o con un jefe explotador hiper-capitalista que te deshumaniza y que sabés que si renuncias, corres el riesgo de dejar a tu familia en pelotas, por lo tanto resistís a pesar de que el trabajo es tan tedioso y a veces sentís que simplemente estas apretando botones como una máquina?

¿Apología a la seguro super efectiva Ley Antidespidos?

¿O los deseos anarquistas de Bart de romper las reglas, de ir en contra de los establecido, de tener el control sobre tu propia vida, o con la seguridad de Lisa de encontrar siempre “que es lo correcto”, tratando de siempre anteponer la razón a lo sentimental, en buscar una salida en las expresiones artísticas en un mundo donde te descalifican por tratar de pensar por ti mismx? Es una postura profundamente espiritual si lo piensan detenidamente.

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ETERNAL Y2K CULTURAL TIME-TRAP FOVEVER

Cuando alguien se toma el terrible trabajo de hablar sobre cultura/política se encuentra en el incómodo lugar y en el gran infortunio de un día despertarse y decir “quiero hacer un comentario sobre esto” para luego darte cuenta que ya hubo otras quinientas mil personas que ya hicieron eso que pensabas hacer, con las palabras que querías usar, con interpretaciones disparadas a cualquier lado. Eso claro, si unx es tan humilde cómo para bajarse del pony y darse cuenta de que tus palabras no son únicas ni originales.

En estas columnas ya se ha hablado de lo irrelevantes que resultan estas discusiones, dónde ya sea un ricachón tirando un cerdo desde un helicóptero, una panelista diciendo o haciendo incoherencias en un programa, un entongado político que avala actuaciones absurdas, un concursante en un reality con un pasado oscuro, o una senadora tomándose fotos ridículas clamando por la unión del país, o un analista despistado que se dedica más a “domar” a base de gritos e interrupciones a cualquiera que se le cruce, o periodistas llamando a una figura polémica para darle un micrófono al mismo tiempo que lo usan de excusa para llorar por haberle dado entidad, todo eso una maquina repetidora, cómo el gag del sofá de la familia amarilla, o Pepe llegando del laburo con su esposa diciendo “cafecitoooo”. Parecen diferentes, pero son siempre lo mismo. Figuras caen, acontecimientos que parecen una joda ocurren, y todo el mundo ya se sube a un podio a hablar de “las formas correctas”. Estas figuras/sucesos ocurren, y dos semanas atrás quedan en el olvido porque fueron reemplazados por otras figuras/sucesos, en un ciclo sin fin.

¿No es acaso, al menos de modo ejemplar, la popularidad de Casados con Hijos y Los Simpsons una representación de lo mismo? Acontecimientos ocurren fuera de nuestro control, y simplemente reaccionamos en repetición. Nosotros también somos Los Simpsons y/o Casados con Hijos. Somos el gag del sofá, somos el golpeteo en la puerta seguido del grito “¡Si sos Dardo o María Elena pasá!”. Toda producción cultural no se sale de los mismos esquemas, y hasta los posters de las películas se ven todos iguales. Estamos atrapados en un loop atemporal donde siempre se producen de forma parecida, con las mismas conclusiones. Ya vemos a Pepe y sabemos lo que va a decir, ya vemos a Bart y sabemos lo que va a hacer. No logramos ver eso en nosotros mismos. ¿Carecemos de un meta lenguaje, o estamos tan domados por las formas repetitivas que ya no podemos concebir una forma de salir de éste debacle?

Palabras de cierre

Jean Baudrillard, en Cultura y simulacro, se refiere al caso de los Loud, una familia modelo seleccionada para un reality tv en 1971, la cual se desmoronó irremediablemente durante los meses de filmación:

“Se acabó el imperativo de sumisión al modelo o a la mirada, «USTED es el modelo», «USTED es la mayoría…» Tal es la vertiente de una socialización hiperrealista donde lo real se confunde con el modelo, como en la operación estadística donde lo real se confunde con el médium, igual que en la operación Loud. Éste es el estadio ulterior de la relación social, el nuestro, que no es ya el correspondiente a la perspectiva (represiva) ni a la persuasión, sino el correspondiente a la disuasión. «Usted es la información, usted es lo social, usted es la noticia, le concierne a usted, ¡usted tiene la palabra!, etc., etcétera». A causa de este cambio resulta imposible de localizar cualquier tipo de proceder (del modelo, de la mirada, del poder, ni siquiera el proceder del médium en el caso de los Loud). Ya no hay punto focal, no hay centro ni periferia, sólo queda el médium, pura flexión o inflexión. Se acabaron la violencia y la vigilancia: la «información», virulencia secreta, reacción en cadena, implosión lenta y simulacro de espacios y de perspectivas donde viene a jugar todavía el proyecto de lo real.”