El Maoísmo, facilitador del animé

Seguramente alguna vez se despertaron y se cuestionaron lo siguiente: ¿Fue Mao Zedong el precursor del anime?

Una duda bastante común que por algún motivo todos tenemos. Afortunadamente, querido lector, hoy tengo ante usted la respuesta de esta cuestión que posiblemente no le deje dormir por las noches: No, el fundador de la República Popular China no creó el anime. Pero fue alguien quien, indirectamente, lo promovió.

Verán, hasta los ‘60, tanto Japón como China competían en este mercado. Para comenzar, debo hablarles de animación China, y para eso, debo hablarles de los hermanos Wan, que tenían un objetivo claro: Engendrar un estilo de animación original chino priorizando que esta sea didáctico, promueva valores nacionales y procurar que sea lógico y entretenido, algo que se nota en su filmografía. Es así como en 1926 producen Uproar in the Studio, el primer corto argumental netamente animado de la república, dirigido por Laiming y Guchan Wan.

La innovación de esta familia no acaba ahí: Nueve años más tarde, en 1935, realizan The Camel’s Dance, la primera animación sonora del país. En medio de la segunda guerra sino-japonesa lograron sacar a la luz el primer largometraje animado Chino y la primera película animada sonora de Asia. Princess Iron Fan es la siguiente producción destacable de los hermanos, animada con rotoscopia (es decir, dibujando frame por frame sobre un material original). El metraje se encuentra en YouTube, y pueden pegarle un vistazo si saben algo de mandarín u en su defecto, inglés.

Tras la revolución comunista, todos los estudios que se dedicaban a la animación del país se unificaron en la Shangai Picture Studio Group, una rama autárquica del Ministerio de Cultura bajo el cargo de los Wan. Durante la ocupación japonesa, los Wan se dedicaron a animar cortos anti-imperialistas enfocados principalmente a fomentar el comunismo. En 1947, lanzaron Emperor’s Dream y Go after an Easy Prey con la intención de criticar la corrupción del Partido Nacionalista.

Durante el resto de las décadas de 1950 y 1960, Shangai Picture se encargó de consolidar la industria de animación China, con sus técnicas y temáticas propias. Fueron los responsables de colocarla como la mayor industria de animación en Asia, compitiendo directamente con Toei Animation, que por ese entonces tenía, prácticamente, el monopolio del Doga (nombre predecesor del anime).

Havoc in Heaven fue la película que corono la época dorada de la animación China. Tras cuatro años de producción y después de mucha experimentación, lograron sacar una adaptación de la primera parte del Viaje al oeste que supo conseguir prestigio internacional y que contaba con colores de alta calidad nunca antes visto en productos de ese tipo, con el metraje (que también se encuentra en YouTube) los Chinos se posicionaron como los reyes de Asia.

Mientras los japoneses aún seguían definiendo su estilo, la industria China ya dominaba el mercado del continente – o lo hacía hasta que comenzó la Revolución Cultural. Este evento (donde claramente no pasó nada) fue un golpe mortal para la producción animada de la Republica Popular, que se dedicó durante el resto de la década a realizar propaganda del Partido. Los animadores que no estaban alineados con la ideología comunista emigraron a Hong Kong y Taiwán donde se dedicaron principalmente a la publicidad, los que tuvieron menos suerte fueron llevados a campos de trabajo forzado.

La competencia entre los dos países asiáticos había terminado prematuramente y los japoneses de la noche a la mañana dominaban el mercado, tenían toda Asia para ellos solos. La exuberancia con la empezaron a contar permitió hacer rentables estudios más pequeños quienes pudieron competir con Toei Animation generando, años después, una sobre-producción que desembocó a mediados de los setenta en el primer crack de la burbuja del Anime (1963-1974).

Ya en 1981, la Shangai Animation volvió a producir más películas, pero habían retomado el trabajo demasiado tarde. La influencia japonesa ya era demasiado sólida y no solo se habían recuperado del crack, sino que también estaban en su segunda burbuja, que duraría hasta finales de los ‘80. China no se recuperaría del golpe hasta los ‘90, con la aparición de las zonas económicas especiales y las nuevas técnicas de animación digital, solo que ahora serian consideradas a ojos del mundo como Manhua Anime.